Nuevas revelaciones sobre la boda real del Príncipe Harry y Meghan Markle indican que la ceremonia de 2018 estuvo marcada por tensiones con la difunta Reina Isabel II, específicamente por las elecciones del atuendo nupcial.
Según el libro ‘Revenge’ del autor Tom Bower, la Reina Isabel II mostró su descontento con varias decisiones tomadas por Meghan Markle para su boda con el Príncipe Harry en la Capilla de San Jorge.
Desacuerdos por el atuendo nupcial
La principal fuente de tensión fue el velo nupcial de 16 pies de largo que Markle decidió usar, a pesar de ser una mujer divorciada. La Reina consideraba este elemento inapropiado, ya que tradicionalmente simboliza la pureza de las novias vírgenes.

Controversia por el vestido
Lady Elizabeth Anson, prima de la Reina, reveló que la monarca encontró el vestido Givenchy blanco demasiado llamativo para una segunda boda. Esta elección contradecía las tradiciones reales británicas.
Otros desencuentros protocolares
El rechazo de Markle a las tiaras ofrecidas por la Reina Isabel II generó malestar adicional. Angela Kelly, gestora de joyas reales, reportó una actitud poco cortés de la futura duquesa durante la selección.
La situación familiar también causó fricción cuando Meghan decidió no reconciliarse con su padre, Thomas Markle, pese a los consejos directos de la Reina antes de la ceremonia.